Si el Prestige nos trajo al lenguaje coloquial la palabra chapapote, el chapapote de los medios de comunicación nos trae el desprestigio que sufre hoy en día el periodismo.
La crisis económica y social que atravesamos, padecemos y cabalgamos, ha puesto de manifiesto la incapacidad de los medios de comunicación para adaptarse a la misma y ganarle la batalla.
No me refiero tan solo a su cruzada particular en la transición de los medios impresos a los digitales o la competencia por la publicidad menguante.
El mundo no es el mismo que hace diez años, internet ha abierto miles de ventanas a los receptores de la información, los cuales mediante las redes sociales, los blogs y una actitud más crítica y escéptica esperamos otro tipo de periodismo.
La comunicación de masas tal y como la hemos conocido se fraguó a finales del siglo XIX, acompañando a la revolución industrial e informando a las crecientes clases medias de los países más avanzados. El siglo XX fue su siglo de oro, modelando a la sociedad a la vez que la reflejaba, impacto dual que ahora parece haberse quebrado.
Que los grandes grupos de comunicación sigan guiándose por unas ideologías cada vez más descafeinadas y desdibujadas, apoyando con descaro a diferentes fórmulas políticas pudo funcionar en el contexto antiguo, ahora ya no aceptamos con tanta parsimonia discursos enconsertados.
¿Qué será del ABC en unos años? Sus lectores, de alta media de edad, deben de estar desconcertados ante el giro sensacionalista del medio.
¿Sobrevivirá un amarillista El Mundo a la retirada de Pedro Jota Ramírez?
¿Logrará salvar un decadente grupo Prisa a su tocado bastión, El País, antaño diario independiente de la mañana?
Muchas preguntas sobrevuelan los conceptos del periodismo tradicional y sus gurús, al igual que los políticos sobre los que tanto informan, se han centrado en parar la hemorragia parcheando sin replantearse a fondo un cambio de modelo.
El periodismo ha sido hasta ahora opinión ideológica muy definida según el medio y actualidad a destajo. No parece que los tiros de la nueva era digital vayan por ese camino agostado. Opinión sí, imprescindible, pero con matices y sin tanta salsa partidista. Actualidad menos, ¿quién se acuerda del asesino de Toulouse? Fue absurda portada de todos los medios españoles hace una semana y pocos recordarán ya su nombre. ¿Qué impacto tuvo en nuestras vidas? ¿Cuántos muertos hubo en la última explosión en un mercado de Bagdad? Ni lo recordamos ni lo queremos recordar. Es una historia trágica que desgraciadamente no tiene impacto periodístico por repetición extenuante y falta de relación con el receptor.
El momento parece requerir un periodismo extensivo, de análisis y profundidad, frente al superficial periodismo intensivo de primicias irrelevantes.
Queremos saber el por que del conflicto sirio, no el detalle morboso del día a día, no es cinismo, es realismo de enfoque. Para poder concienciar, mover a la reflexión, y producir cambios sociales, que es uno de los trasfondos ineludibles de todo periodismo serio, hace falta más contenido y menos estruendo de la inmediatez.
El desapego hacia la prensa no es irreversible, es cuestión de volver a encontrar la sintonía con millones de receptores que siguen esperando los mensajes y que ahora exigen menudos ruido y más nueces, a la par que la oportunidad de expresar sus opiniones.
La encrucijada plantea varios senderos pero el único que conducirá al éxito y a la supervivencia será aquel que revalorice el papel del ciudadano y de la sociedad civil como gran protagonista de la nueva era.
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ResponderEliminarCésar hola, hoy tengo que hacer un comentario que no tiene nada que ver con tu post, pero me acorde de ti, vengo regresando de vacaciones de pascuas, y tuve la oportunidad de estar en la torre de control del Aeropuerto Lester Pearson International de Toronto y en el Miami International Airport y solo tengo que decirte que woow que PACIENCIA la tuya y la de todos los controladores aéreos, yo ya hubiera terminado loco, o de plano viviendo de red bull y cigarros.
ResponderEliminarsinceramente y no lo digo por nada, pero creo que hacen un trabajo fenomenal y que pocos estaríamos dispuestos a hacer.
tengo que decir que es admirable y que me quede alucinando.
saludos.
Issac Rubio.
A mí me encanta y he vuelto tras muchos años a esas revistas de "cuerpomente", "mentesana", yo me desanimo un poco con los informativos pero recurro mucho a leer nuevas investigaciones y noticias sobre el ser humano de la mano de jorge bucay.
ResponderEliminarEse hombre es lo más.
Esas revistas te dejan un buen rollo encima que es total. A mí me encantaría que diera los telediarios.
Por cierto ¿por qué no han echado a ciertos periodistas que se suponía que iban a echar con el cambio de gobierno en la cadena pública? ¿Y qué hace la Otero en la uno? Con mis respetos para la señora, si ya anunció cerezas ahora qué parte de la frutería escogerá?
Saludos