Si "vivan las cadenas" fue el nefasto lema que lanzaron los absolutistas para celebrar el regreso de Fernando VII al poder no constitucional, hoy en día deberíamos todos proclamar un sonoro "abajo las cadenas" frente a tanta cortapisa que no cesa.
En 1812 el choque se producía entre el Antiguo Régimen y los valientes y minoritarios reformistas españoles, mientras que en estos tiempos de incertidumbre, la cosa confronta a políticos y a ciudadanos.
Consideramos ser mucho más libres que nuestros antepasados ya que disfrutamos de una democracia participativa y de una supuesta igualdad ante la ley. No obstante, la triste realidad del día a día muestra una cara menos amable ante el espejo de las libertades.
Nuestros políticos, desde la Constitución de 1978, han ido ganando cuotas de poder, aumentando, vuelta de tuerca tras vuelta de tuerca, el control sobre los gobernados. Prácticamente todo está contemplado en una ley, ordenanza, orden ministerial o primas cercanas dentro del entramado infinito de regulaciones que nos rodean.
Estamos obligados a ir a la escuela, a pagar impuestos, a cumplimentar miles de formularios en los que toda nuestra vida y movimientos quedan registrados. Se nos teledirige en muchas facetas de nuestro existir desde los poderes públicos, unas ocasiones en cuestiones baladíes y otras muchas en temas de mayor calado. El mundo digital ha potenciado de manera desmedida este control sobre los ciudadanos.
Incluso en algo tan secundario como el uso obligatorio del cinturón de seguridad se produce una colisión de gran profundidad entre la libertad del individuo y el Estado paternalista que restringe. ¿Por qué se nos obliga bajo amenaza de multa y retirada de carné a usar el cinturón cuando es una decisión individual que no afecta a los demás? Por insignificante que les pueda parecer a muchos dicha encrucijada, el trasfondo del ejemplo, y por ello su valor reflexivo, es que hemos venido a aceptar con naturalidad y resignación que el Estado se inmiscuya en nuestras vidas hasta la cocina.
No hemos llegado, cierto es, al extremo demencial de EEUU donde en algunos estados está penado con la cárcel el sexo oral dentro del propio domicilio, entre adultos consentidores, sean casados, pareja o amigos con derecho a roce.
Se entiende y se empatiza con los grupos que presionan y tratan de sensibilizar sobre la necesidad de dotar a los ciudadanos de mayor margen de maniobra, de devolver a la sociedad civil el control de la vida de cada uno.
La democracia, a mi entender, se creó para que los ciudadanos pudieran convivir en libertad teniendo la posibilidad de labrarse su propio destino sin coartar el de los demás. Lo que hoy en día padecemos es una sobredosis de supervisión y limitación de nuestros derechos por unos pocos, votados por muchos, que nunca son la mayoría de los ciudadanos.
Una adecuada reforma del sistema judicial, al cual habría que dotar de muchos mayores recursos, podría contrapesar una reducción del excesivo poder del legislativo. Dejen que los ciudadanos nos entendamos más entre nosotros, sin tanta excesiva y molesta intermediación de los políticos.
Políticos sí, pero dentro del tiesto, que las plantas trepadoras crecen y acaban por ahogar al árbol.
Ojalá que dentro de algunos años, a ser posible antes de 2212, podamos celebrar que las cadenas han caído y que el mundo es un lugar con menos vallas, donde poder caminar libremente sin tanto cuatrero con cadenas para lanzar.
Siempre es preferible equivocarte tú mismo a que lo hagan los demás por ti.
Caminante sí hay camino y se hace camino al andar.
Hol@ me llamo Claudia, tengo 25 años y me he enterado de este blog por casualidad después de encontrarme a Cesar Cabo por "los madriles" me quede mirandolo y pensé pos no es tan apañao. Hay que blog más mono, aunque después de darme una vuelta por algunos de los comentarios que pone la gente me llevao un sustaco al leer uno de un suicida que se iba a tirar por un puente y lo pone en este blog minutos antes.........uffff que depre tía, ahora mismo me voy a comprarme un bote de Esencia de Loewe pa quitarme el susto.....hay la crisis la plebe que mal que se ve que lo pasan, aunque yo vivo mu bien que mi padre es político y gana mucho y si falta pues roba de las arcas que pa eso manda.
ResponderEliminarUn beso chicos MUA MUA.
Fdo: Claudia Cardinales.
POSDATA: proximamente abro una tienda de binikis, Cesar Cabo estas invitado a la apertura por si quieres uno.
A la del mensaje anterior, nenaaaaaaaa tu eres tonta yo que no tengo pa darle de comer a mis 8 hijos y tu comprando botes de Loewe, pero eso que es!!!
ResponderEliminarLo del suicida ya lo he leido, eahhh uno menos que padecer en este mundo.
Aunque las horcas en la labraora las tienen a buen precio, no es por dar ideas pero un buen suicidio a tiempo quita más de un disgustillo con la hipoteca.
"Dejen que los ciudadanos nos entendamos más entre nosotros, sin tanta excesiva y molesta intermediación de los políticos."
ResponderEliminarHola. Supuestamente, los políticos nos tienen que representar pero como en ocasiones has dicho, parece que pertenecen a "otra casta".
Si la realeza tiene la sangre azul, supongo que los políticos tendrán otro color.
Yo no me siento representada por ninguna ideología política de ningún partido actual. Supongo que yo pertenezco a esa parte que "pasa y se queja". O no pasa pero tampoco va guerreando por ahí por lo que quiere. Siempre cuando hay manifiestos por asuntos que me parecen buenos, siempre decido firmar y prestar mi apoyo.
No obstante, sí me siento a veces "teledirigida" o con muchas cadenas invisibles sobre los "condicionamientos" que sufrimos en el día a día. Tenemos muchas presiones encima y no somos muy conscientes de todos los factores que influyen en nuestra vida.
El tema que tratas es muy complejo, muy muy complejo.
Saludos