Llevo unos días tratando de organizar papeles, carpetas, agendas antiguas y también cientos de fotos desordenadas.
Entre foto y foto, va uno atravesando de nuevo etapas de la vida que se han ido para no volver y también amigos y conocidos que ya no forman parte de nuestra cotidianidad.
No sé si el tiempo pasado fue mejor o peor, desde luego éramos más jóvenes y más ingenuos, y aunque la coyuntura actual pueda llevar a pensar que aquello era más boyante, todo depende en realidad de la actitud con la que encaremos cada momento.
Recuperar el pasado y la memoria, histórica o personal, es una cosa difícil de gestionar; puede que el pasado se resista y nos rehuya.
No obstante, recuperar a personas que se han ido cruzando en nuestro camino es una tarea más alcanzable y que puede reabrir puertas de estancias vitales no del todo recorridas.
En el periplo de cada uno de nosotros van quedándose rezagados, en la cuneta, amistades, compañeros de trabajo, familiares, ex y demás personajes del vodevil que la vida significa a fin de cuentas. No todos son recuperables, ni es deseable enfrentarse a ciertos fantasmas, pero siempre encontraremos a alguien valioso en el baúl de la memoria si nos tomamos la molestia de hacer balance.
Hace poco me comentaba un amigo, coach y emprendedor empedernido, sobre una técnica que aplica con personas que se encuentran sin trabajo. Les hace llamar por teléfono a gente que en el pasado les dio una oportunidad profesional, así, a bocajarro. Cuesta encontrar a veces el número pero el Gran Hermano 2.0 que todo lo sabe suele ayudar en las pesquisas. Me decía que los participantes en esta dinámica suelen quedar sorprendidos doblemente, primero por la chocante propuesta, y después, por la habitualmente positiva reacción de los rescatados del olvido.
Mucho se habla ahora, a raíz de la crisis, de recuperar valores, replantearse el modelo, valorar las cosas pequeñas, y mil maneras más de resaltar, que otros enfoques son urgentemente necesarios. En estas épocas de incertidumbres y pesadumbre social puede resultar muy terapéutico atreverse a abrir la Caja de Pandora de nuestra historia.
Les reto a ello, estoy convencido de que más de una alegría se llevarán. Somos lo que somos y estamos donde estamos, en gran medida, por el aporte de todas esas personas que se cruzaron en el escenario de nuestro vodevil particular.
Rebusquemos en las fotos de la memoria, pueden que nos aporten mucho más que el runrún de tanto bombardeo informativo intrascendente.
Hola César. Aunque veo que planteas el "cruce de caminos" en sentido amplio, quiero opinar en torno a la amistad. Creo que fue Platón el que dijo: "nunca dejes crecer la hierba en el camino de la amistad". Claro, en algunas ocasiones esa hierbilla se convierte en una verdadera hiedra no dejando pasar la luz. La amistad o contacto se asfixia o se queda dormida. Creo que es una grata sorpresa para una persona observar que alguien le recuerda pero la "labor de jardinería" de quitar hierbas/hierbajos en el camino" tiene que provenir de ambas partes a largo plazo. Si no, creo que después sucede nuevamente el distanciamiento. No obstante, claro que hay buenas sorpresas y alegrías en el camino. En mi caso particular, sobre personas conocidas, me alegro muchísimo cuando veo a antiguos profesores míos por la calle o recibo noticias de antiguos compañeros de colegio, insti, uni, etc sobre bodas y bautizos...lo típico.
ResponderEliminarTambién hay otro tipo de contacto que ya solo por agregar a alguien en una red social no hace falta que interactúes con la persona en cuestión que ya te enteras de todo lo que pasa "pinchando" en su perfil. A mí no me gusta esa clase de "recuperar contacto".
También hay personas que conoces en un determinado momento y te marcan notablemente para siempre. Yo conocí a una profesora serbia el verano pasado que me decía que de los 30 a los 40 se pasaba en un abrir y cerrar de ojos. La suelo recordar muchísimo aunque no suelo estar en contacto y un hombre que conocí hace 10 años en el aeropuerto de Frankfurt que me contó toda su vida en una noche que pasé en el aeropuerto... de esas conversaciones trascendentales sobre quiénes somos, qué queremos ser y adónde vamos...
Supongo que por esa misma razón de aprender de otras personas y por escuchar lo que otras personas tienen que decir o aportar, me doy una vueltecilla por tu blog. Con frecuencia, de hecho.
Felicidades por la entrada. En otros tiempos, solía participar mucho en tu página de facebook. Aprendí muchísimo de esa etapa. Saludos desde Canarias.
PAtricia
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ResponderEliminarMuchas gracias Yolanda!
ResponderEliminarYa vi tu blog sobre jabones naturales: muy interesante y diferente. Felicidades.
Saludos,
Patricia
?
ResponderEliminarQue curioso, hubiera escrito algo muy parecido ayer mismo.
ResponderEliminaresas teclas, esas teclas...
ResponderEliminarCon la de cosas que están pasando Sr. Cabo... Y no suelta prenda por su blog...
ResponderEliminarSaludos
Lady Roller
estoy totalmente de acuerdo, este chiquito qué hace que ya no le da vidilla a su blog
ResponderEliminarMr. Cabo what are you waiting for?
No creo que necesites brainstorming o algo similar a estas alturas :-)....o sí....
por cierto, soy fan que no troll
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