Mucho se habló el año pasado del tema de los controladores aéreos, desde una perspectiva sensacionalista la mayoría de las veces a la cual se agarraron los medios de comunicación en busca de audiencia y controversia. Meses después de aquella tormenta mediática, ¿sabe la opinión pública en qué consiste el trabajo del controlador aéreo?
Lamentablemente, la respuesta es que más bien poco. Asumo mi parte de culpa como ex-portavoz de los controladores, tal vez no logramos centrar el debate en la parte profesional, tampoco nos lo pusieron fácil con el constante recurso a tópicos falaces y a la apisonadora de las supuestas cifras salariales. Polémicas aparte, el trabajo que mis compañeros y yo ejercemos, es un trabajo muy interesante, que requiere unas características personales determinadas y una preparación muy específica. Aunque suene a chascarrillo, no todo el mundo puede ser controlador aéreo aunque Ministro parece que sí que está al alcance de cualquiera.
Mi trabajo consiste en controlar todos los aviones que salen y llegan al Area Terminal de Madrid, que engloba los aeropuertos de Barajas, Torrejón de Ardoz, Getafe y Cuatro Vientos.
Los "aproximadores", así nos denominamos, organizamos el tráfico de la zona más congestionada del espacio aéreo español, por donde transitan cientos de miles de vuelos al año y millones de pasajeros.
Dicha área está repartida en diez pantallas de radar, por las cuales vamos rotando cada día de turno. Dependiendo de la pantalla hay una serie de procedimientos que tenemos que aplicar a la hora de controlar, las instrucciones están muy estandarizadas para reducir al máximo los errores y poder garantizar de esta manera la mayor seguridad del tráfico, prioridad absoluta del control aéreo.
Nuestra máxima es, por orden de importancia, Seguridad, Orden y Rapidez.
Cumplirla es nuestra misión, desarrollando un trabajo en equipo en el cual la coordinación con los compañeros es fundamental para que todo funcione, especialmente en situaciones complicadas.
Durante los turnos de control hay momentos más o menos congestionados por el tráfico, hay horas punta y horas valle, aunque nunca se puede descartar un imprevisto que altere la aparente calma. Desde hace años se regula el flujo de los aviones por horas, repartiéndolos para evitar aglomeraciones; dicho reparto se supervisa desde Bruselas para el cielo europeo. Las regulaciones no son infalibles y si no se toman medidas cuando el tráfico va a desbordarse se produce una saturación del espacio aéreo, con las consiguientes demoras.
Hay dos tipos de demoras, en tierra, cuando los aviones no pueden despegar a su hora pues en su trayecto congestionarían algún punto del espacio aéreo a lo largo de su ruta y por ello se retrasa el despegue hasta que sea factible. Esto es lo que ocurre cuando escuchamos como pasajeros "retraso por regulación de tráfico aéreo".
La otra demora, en vuelo, es la peor, tanto para el piloto como para el controlador, también para el pasajero aunque este no lo suela ver así. Cuando un aeropuerto está congestionado, sea por la confluencia de exceso de aviones por mala regulación, sea por cambio de pista o por mal tiempo, los aviones empiezan a dar vueltas para ir aterrizando escalonadamente, respetando las distancias de seguridad.
Esto ha venido ocurriendo en el Area Terminal de Madrid de manera muy habitual en los últimos meses generando un alto componente de estrés para todos los que estamos implicados en el proceso.
Las situaciones más complicadas son, conforme a mi experiencia, cuando un avión tiene un fallo técnico y requiere prioridad, cuando hay un pasajero con problemas médicos a bordo, cosa bastante más habitual de lo que puede parecer, o en el caso de tormentas descomunales. En esos momentos, la adrenalina se dispara, todo el mundo se acelera y se ponen todos los recursos en marcha para solventar la situación. Es muy gratificante el día que sales del Centro de Control, agotado pero satisfecho, tras una situación complicada bien resuelta,
Antes de ser controlador, lo soy desde 1998, no era consciente de la trastienda del sector aéreo y no valoraba en su justa medida el trabajo que tripulaciones de vuelo y controladores aéreos desempeñan para que el sistema funcione con las máximas garantías. He tenido la oportunidad de volar en cabina con los pilotos en numerosas ocasiones y ha sido siempre un privilegio poder ver la otra parte de la historia, humanizando la traza radar que vemos nosotros en las pantallas de control.
Todo lo ocurrido el año pasado ha trastocado y agitado el control aéreo español de una forma desmedida generando un claro deterioro del entorno laboral. Los controladores aéreos somos los primeros interesados en que las aguas agitadas vuelvan a su cauce para poder seguir desempeñando la profesión que nos gusta y que nos hace sentir orgullosos en unas condiciones adecuadas.
Estamos siempre ahí, volando con ustedes, no lo olviden.
¡Feliz vuelo!
Lamentablemente, la respuesta es que más bien poco. Asumo mi parte de culpa como ex-portavoz de los controladores, tal vez no logramos centrar el debate en la parte profesional, tampoco nos lo pusieron fácil con el constante recurso a tópicos falaces y a la apisonadora de las supuestas cifras salariales. Polémicas aparte, el trabajo que mis compañeros y yo ejercemos, es un trabajo muy interesante, que requiere unas características personales determinadas y una preparación muy específica. Aunque suene a chascarrillo, no todo el mundo puede ser controlador aéreo aunque Ministro parece que sí que está al alcance de cualquiera.
Mi trabajo consiste en controlar todos los aviones que salen y llegan al Area Terminal de Madrid, que engloba los aeropuertos de Barajas, Torrejón de Ardoz, Getafe y Cuatro Vientos.
Los "aproximadores", así nos denominamos, organizamos el tráfico de la zona más congestionada del espacio aéreo español, por donde transitan cientos de miles de vuelos al año y millones de pasajeros.
Dicha área está repartida en diez pantallas de radar, por las cuales vamos rotando cada día de turno. Dependiendo de la pantalla hay una serie de procedimientos que tenemos que aplicar a la hora de controlar, las instrucciones están muy estandarizadas para reducir al máximo los errores y poder garantizar de esta manera la mayor seguridad del tráfico, prioridad absoluta del control aéreo.
Nuestra máxima es, por orden de importancia, Seguridad, Orden y Rapidez.
Cumplirla es nuestra misión, desarrollando un trabajo en equipo en el cual la coordinación con los compañeros es fundamental para que todo funcione, especialmente en situaciones complicadas.
Durante los turnos de control hay momentos más o menos congestionados por el tráfico, hay horas punta y horas valle, aunque nunca se puede descartar un imprevisto que altere la aparente calma. Desde hace años se regula el flujo de los aviones por horas, repartiéndolos para evitar aglomeraciones; dicho reparto se supervisa desde Bruselas para el cielo europeo. Las regulaciones no son infalibles y si no se toman medidas cuando el tráfico va a desbordarse se produce una saturación del espacio aéreo, con las consiguientes demoras.
Hay dos tipos de demoras, en tierra, cuando los aviones no pueden despegar a su hora pues en su trayecto congestionarían algún punto del espacio aéreo a lo largo de su ruta y por ello se retrasa el despegue hasta que sea factible. Esto es lo que ocurre cuando escuchamos como pasajeros "retraso por regulación de tráfico aéreo".
La otra demora, en vuelo, es la peor, tanto para el piloto como para el controlador, también para el pasajero aunque este no lo suela ver así. Cuando un aeropuerto está congestionado, sea por la confluencia de exceso de aviones por mala regulación, sea por cambio de pista o por mal tiempo, los aviones empiezan a dar vueltas para ir aterrizando escalonadamente, respetando las distancias de seguridad.
Esto ha venido ocurriendo en el Area Terminal de Madrid de manera muy habitual en los últimos meses generando un alto componente de estrés para todos los que estamos implicados en el proceso.
Las situaciones más complicadas son, conforme a mi experiencia, cuando un avión tiene un fallo técnico y requiere prioridad, cuando hay un pasajero con problemas médicos a bordo, cosa bastante más habitual de lo que puede parecer, o en el caso de tormentas descomunales. En esos momentos, la adrenalina se dispara, todo el mundo se acelera y se ponen todos los recursos en marcha para solventar la situación. Es muy gratificante el día que sales del Centro de Control, agotado pero satisfecho, tras una situación complicada bien resuelta,
Antes de ser controlador, lo soy desde 1998, no era consciente de la trastienda del sector aéreo y no valoraba en su justa medida el trabajo que tripulaciones de vuelo y controladores aéreos desempeñan para que el sistema funcione con las máximas garantías. He tenido la oportunidad de volar en cabina con los pilotos en numerosas ocasiones y ha sido siempre un privilegio poder ver la otra parte de la historia, humanizando la traza radar que vemos nosotros en las pantallas de control.
Todo lo ocurrido el año pasado ha trastocado y agitado el control aéreo español de una forma desmedida generando un claro deterioro del entorno laboral. Los controladores aéreos somos los primeros interesados en que las aguas agitadas vuelvan a su cauce para poder seguir desempeñando la profesión que nos gusta y que nos hace sentir orgullosos en unas condiciones adecuadas.
La cerrazón de AENA negando el acceso a los medios de comunicación durante el conflicto laboral, tratando de negar la realidad de nuestro trabajo, la valía del mismo y el que la opinión pública pudiera percibirnos como trabajadores cualificados y responsables, ha sido frustrante de aceptar. Confiamos en que pronto se pueda hacer un reportaje en profundidad sobre nuestra profesión para que los españoles puedan conocerla y valorarla de primera mano.
No hemos podido mostrar el día a día de nuestra labor, explicar a los pasajeros que pasa en los centros y torres de control, para que sean conscientes de que siempre hay en tierra profesional acompañándoles en su vuelo, a ellos y a los tripulantes de cabina, vigilando el avión desde la puesta en marcha de motores hasta la llegada a la puerta de desembarque.Estamos siempre ahí, volando con ustedes, no lo olviden.
¡Feliz vuelo!
Me gustó muchísimo esta explicación que has dado sobre el trabajo de los controladores aéreas. Tenía una cierta idea pero no tan detallada como la que escribiste.
ResponderEliminarSigo tu blog y tu Twitter y en ambos siempre encuentro algo interesante, tanto en tus entradas aquí, que leo siempre, como las preguntas o comentarios que pones en Twitter (y que en alguna oportunidad respondí).
Vuelo con frecuencia y desde pequeña me apasionó siempre el mundo de los aeropuertos y de la aviación. Nunca tuve miedo a volar y aunque siempre lo hice como pasajera, suelo disfrutarlo mucho excepto cuando se trata de estar 12 hs. a bordo, en que sí llega un momento en el cual ya no sé qué más hacer para que pase el tiempo (cuando viajo de Madrid a Buenos Aires, por ejemplo; o de regreso a España, que es el país en el que resido actualmente).
Bueno, gracias por tu excelente escritura y en este caso, por contarnos cuál es la labor del controlador aéreo y varios detalles que creo que para el común de la gente, suelen ser desconocidos.
@PatEterna
Quien toma un avión para trasladarse a cualquier sitio no tiene porqué saber el trabajo de un controlador aéreo, ni de los mecánicos del avión, ni de los electricistas, ni de los bomberos del aeropuerto, ni de la tripulación, ni de quien transporta sus maletas. Lo que sabe es que ha pagado un billete por ir de un sitio a otro y tiene derecho a exigir el servicio que se le ofrece y puntualidad.
ResponderEliminarYo trabajo en banca, Sr. Cabo, ¿se ha preocupado usted de la problemático de todo el mundo de la banca cada vez que ha ido a sacar dinero de un cajero? Pues eso, cada uno a la suyo y a hacerlo bien; que como dijo Platón, si cada uno barriese su trocito de calle ésta estaría reluciente.
Estimado Juan Ignacio, no creo que los empleados de banca hayan sido vilipendiados ante la opinión pública cual criminales de guerra como ha sido el caso de los controladores aéreos el año pasado y los pilotos hace no tanto. Ahora son los profesores los que están en la picota, cuando un tema salta a la primera plana es lógico que hay un interés por conocer lo que hay detrás. ¿Cuáles son los problemas del mundo bancario? Toda visión aporta.
ResponderEliminarSaludos
Buen blog y bastante detallado de la visión que tiene el colectivo de control del conflicto su laboral.
ResponderEliminarDesgraciadamente antes del conflicto ,la inmensa mayoria de la opinión pública pensaba que un controlador aéreo era una persona situada en el alto de una torre que se pasaba todo el dia hablando por rádio.
Solo los profesionales y los aficionados aviación entendian un poco de que iva el trabajo de controlar aviones.
Todo profesional tiene derecho a ser escuchado si tiene la creencia de que sus derechos laborales estan siendo deteriorados.
Perfiero escuchar lo que la gente dice para así tener una opinión menos sesgada .
Cualquier persona puede explicar su realidad por el medio telemático que quiera si lo considera oportuno
Enhorabuena, Cesar, increible relato desde la mas absoluta templanza. Yo si que estoy interesada en estas profesiones que tanto tienen que ver con nuestra seguridad. Mereceis todo el respeto al igual que cualquier otro sector.Quizá la falta de transparencia, como comentas, de las dificultades que AENA os puso para que los medios de información siguieran de cerca lo que estaba sucediendo, hizo que os convirtierais en el colectivo mas "odiado" del año, yo creo recordar que para nada os apoyé, pero poco a poco fui descubriendo otra realidad. Gracias por seguir compartiendo tus vivencias y tu día a día. Un afectuoso saludo
ResponderEliminarHola César, aquí uno que te sigue de vez en cuando. Yo como siempre, estoy de acuerdo con lo que dices pero sólo la mitad. De acuerdo en valorar un servicio que afecta a miles y miles de personas, condenar que se os haya insultado tantas veces y en desacuerdo en esto:
ResponderEliminar1) La cualificación del puesto es relativa ya que la cualificación mínima exigida para entrar al curso es de licenciado, que en España es una garantía sólo de saber leer y escribir (y no siempre). Sorprende que haya controladores de formación humanista, porque es un trabajo en teoría de alto contenido tecnológico.
2) No queda claro qué parte de la labor recae sobre el hombre y cuál sobre el computador. A veces da la sensación que es como el conductor del metro, que realmente solo aprieta una palanca y el botón de abrir las puertas pero dice llevar a mil personas dentro.
3) No me cabe en la cabeza que, considerando el estándar español público, por muy cualificado que fuera el trabajo, se merezcan los salarios de los que se ha hablado (200k€/año brutos). Esto huele a que habéis tenido buenos negociadores y dado con pésimos gestores (del dinero ajeno) que os han llevado a esa situación.
4) No termino de entender las situación de estrés de las que se habla siempre. Vale que afectáis a muchas personas, pero no las veis cara a cara como las tripulaciones y si un avión tiene que esperar, pues para vosotros sólo es un punto en la pantalla. Cierto es que no es un trabajo para ponerse a ver el facebook mientras lo haces, pero por eso tenéis supercomputadores y vuestras jornadas son cortas.
Me gusta esta entrada porque de forma sencilla y amena has explicado muy bien vuestra desconocida e importante profesión que por desgracia ha sido tratada injustamente el año pasado en los medios.
ResponderEliminarMe consta que muchos controladores al igual que tu han tenido que superar árduas pruebas para ser aptos y poder dedicarse a tan responsable profesión.
Creo que tener en vuestras manos tantas vidas humanas y regular un tráfico aéreo que ha ido en aumento en los últimos años debido a la creciente actividad en el sector turístico es digno de reconocimiento.
Con las complicaciones que conlleva la pésima gestión de Aena que interfiere muchas veces en vuestra labor y con la escasez de controladores que hay en España es de agradecer todo el esfuerzo humano que habeis puesto en doblar turnos, en trabajar muchas veces con una merma importante en vuestros derechos y sin un convenio aceptable.
Creo que mucha gente sabe que vuestra reivindicación fue siempre laboral ( derechos) y no salarial.
Ojalá hubieran más trabajos tan bien pagados porque así no seriamos todos mileuristas. Creo que también se ha creado mucha confusión respecto a sueldos. Hay gente en este país que gana mucho más que vosotros., y no todos los controlodares ganan lo mismo como no es igual tampoco la ubicación ni los años de experiencia., por eso hay mucho topicazo y gente que cree que ganais cifras astronómicas., gente que por desgracia, está terriblemente equivocada.
Creo y por último., que tomar decisiones en tiempo real y trabajar en situaciones duras donde están en juego muchas vidas, donde a veces hay factores como la climatología que además añaden otra grado de dificultad para el control es digno de mención.
Ser controlador es una profesión de mucha responsabilidad.
Hola. Me ha parecido muy interesante la explicación de su profesión ya que para muchos nos resulta un misterio.
ResponderEliminarSupongo que el idioma escogido en el que se comunicarán con los pilotos será por normal general el inglés.
Espero que no le importe que le formule unas preguntas que estaría muy agradecida de que las respondiese si usted las tiene a bien.
¿Realizan algún entrenamiento periódico o reciben alguna formación específica regular para entender las diferentes variedades del inglés de los pilotos? ¿O la recibieron en los comienzos como controladores? Supongo que habrá pilotos de algunas lugares que costará entenderlos (egipcios, asiáticos, etc).
¿Realizan algún tipo de simulacro en alguna ocasión sobre situaciones límite para prever posibles situaciones que puedan ocurrir?
Y ya por último me interesaría saber si les realizan algún tipo de chequeo médico al año para asegurar que desempeñan sus funciones en óptimas condiciones.
Muchas gracias.
Saludos de Carmen de Toledo.
Estimado César:
ResponderEliminarLos empleados de banca tampoco hemos organizado una como la que lió tu gremio el puente de la Constitución. Por otro lado, aunque fuera como periodista, creía que conocería los problemas mayores de los empleados de mi sector, que también considero importante para la sociedad. A ninguno nos conviene considerarnos el centro del universo y, en los tiempos que corren, menos.
Un cordial saludo.
Señor Juan Ignacio, los empleados de Banca son victimas de la avaricia desmedida de sus jefes los banqueros que han creado algo mucho peor que un mal puente para muchos españoles (el mal puente se o dieron nuestros jefes, que fueron los que cerraron e espacio aéreo en vista de la que habían liado por miedo a que ocurriera una desgracia, supongo). Vaya, que la banca y los mercados han creado una pesadilla tremenda para muchos europeos con horribles consecuencias laborales y vitales para mucha gente, y a nadie se le ocurre echarle la culpa a usted ni a los empleados ¿por qué a los controladores? ¿no le parece evidente?
ResponderEliminarLa juez no les cree, Sr. Cabo, y su sindicato ha sido imputado por planear la tropelía que cometieron contra centenares de miles de usuarios. La verdad es tozuda.
ResponderEliminarCuando uno está desesperado,toma medidas desesperadas (nunca mejor dicho). Eso que más de uno considera una tropelía, es consecuencia de la desesperación de mucha gente que está harta de la inestabilidad laboral que vive.
ResponderEliminarEchásteis un ordago y se os escapó de las manos, y se volvió contra vosotros. Es lo que puede pasar con los órdagos.
ResponderEliminarNo digo que no tuvieráis razón (al menos que creyérais tenerla), pero supongo que la razón a veces se puede repartir un poco. Aunque, desde luego, de lo que estoy casi seguro porque se vio en la cara de la mayoría de controladores que salieron en televisión es que se os había escapado de las manos...