Estos días ha dominado la escena pública española la agria polémica en torno a la visita del Papa con motivo de las Jornadas Mundiales de la Juventud. Más que la llegada del Pontífice, el desencuentro se centraba en las fuentes de financiación de dicha visita.
Es lógico que se pida transparencia a las Administraciones Públicas para clarificar que parte de nuestros impuestos van destinados al evento, pero no solo en este caso.
Los estados suelen asentarse sobre algunas premisas básicas, unas de las cuales han sido siempre la recaudación de impuestos, el control de la política exterior, y un ejército con el que proteger su supervivencia en caso de agresión. Lo del dinero viene de antiguo, es milenaria costumbre tratar de exprimir al máximo a los ciudadanos para sostener el entramado público.
He planteado ya varias veces en Twitter la sugerencia de que se reforme el sistema del IRPF y podamos los contribuyentes decidir en mayor grado sobre el destino de lo recaudado. A día de hoy, si no me equivoco, tan solo lo hacemos sobre la ayuda a la Iglesia Católica y los Otros fines sociales.
¿No sería deseable poder opinar más, vistas las polémicas que generan las cuentas de nuestros políticos?
En un Estado en caída libre, con una red económica insuficiente, o eso intuimos, para mantener los beneficios sociales que tantos años y generaciones costaron instaurar, lo razonable sería que se revisara la manera en que se gastan nuestro dinero; por qué el dinero es nuestro, no lo olvidemos, de todos, no de ellos, los políticos.
Hubo muchos comentarios favorables a mi propuesta y también voces contrarias,algunas de políticos, que alegaban que ya votamos cada cuatro años dando un voto de confianza a nuestros representantes y delegando en ellos la gestión de los dineros.
¿Cuántas cajas de ahorros más tienen que quebrar para qué reaccionemos? ¿Cuántas nuevas infraestructuras desmedidas e innecesarias tienen que construirse en España para que digamos basta ya? ¿Cuántas ayudas tienen que recibir empresas y entidades de dudosa gestión y nula conciencia social para que nos amotinemos?
Un caso escandaloso, que conozco de cerca, es la disparatada inversión en aeropuertos en España. AENA, el mayor gestor aeroportuario mundial, se ha dedicado en la última década a gastar y gastar enormes cantidades en aeropuertos de tercera fila, a sabiendas de que nunca se recuperaría la inversión. Nuestros aeropuertos son "los mejores del mundo" en palabras del Ministro Blanco, aquí coincido plenamente con él, pero ¿los necesitamos? ¿son acordes con la realidad del país?
Creo que una de las revoluciones sensatas que se pueden promover presionando es la de los contribuyentes indignados con el despilfarro de sus impuestos y de sus cotizaciones a la Seguridad Social. Los políticos se resistirán pues valoran más el poder de la llave del cofre que el poder de la firma de leyes y normas que el poder legislativo les confiere.
No podemos alegar indignación ciudadana tributaria por la visita del Papa y callar en miles de casos más de flagrante chorreo de recursos.
¿Por qué no hay 20 casillas en la Declaración de la Renta para qué podamos opinar? ¿Queremos todos financiar el cine español? ¿Quieren todas las capitales de provincia un aeropuerto de primera? ¿O gastar millones en planes E que rehacen aceras en perfecto estado?
La crisis ha golpeado fuerte, quizá era inevitable, pero hay que saber reaccionar y entender que el dinero público es todos, y que no pueden decidir únicamente unos pocos que tan incompetentes se han mostrado en su administración.
Asumo que no se puede poner en manos de 47 millones de personas la decisión de gastar todo lo recaudado, hay decisiones que escapan a un consenso global y que tienen que tomar los políticos, no obstante, si hay muchos frentes donde se pueden abrir vías de participación, especialmente en los ayuntamientos.
Quejarse y manifestarse es el primer paso, lo siguiente es promover el cambio. A mi no me gusta trabajar y pagar religiosamente mis impuestos para que otros lo tiren por la ventana sin asumir su responsabilidad ni enmendar la plana. ¿Y a usted? ¿Ponemos más casillas en el IRPF?
Pues totalmente de acuerdo, pero estoy seguro de que los políticos, todos, lo último que quieren es que podamos los ciudadanos de a pie ejercer un control mínimamente efectivo. Están muy cómodos ahora, mintiendo cada 4 años para luego apoyarse en la legitimidad que roban con esas mentiras. Ya habrá algún colectivo al que calumniar y sacrificar si vienen mal dadas.
ResponderEliminarY nadie se indigna por esto? ah, es que están ocupados insultando peregrinos en Sol...
ResponderEliminarDe acuerdo contigo, pero ¿Qué vía tenemos que seguir los ciudadanos para promover un cambio real y eficaz? ¿Las urnas? Mi fe en los políticos es a estas alturas completamente nula.
ResponderEliminarSabias palabras César, estoy totalmente deacuerdo .
ResponderEliminarLa verdad es que pensaba como tú hasta hoy. Delante de mi casa hay un jardín, que está hecho un asco y por primera vez me he molestado en llamar al Ayuntamiento (tienen teléfono) y quejarme, entonces me han pasado con los diversos responsables, de jardines, de mi zona concreta etc. en menos de 2 horas estaban los servicios de limpieza debajo de mi casa limpiando el dichoso jardín.
ResponderEliminarClaro yo lo que quiero es que no se vuelva a ensuciar, y he preguntado en el ayuntamiento que se puede hacer para ello, me han propuesto redactar una instancia general y cursarla en la junta municipal de mi distrito (ni siquiera sabía que eso existía) y me he puesto a ello, proponiendo las medidas que en mi opinión deberían adoptarse para evitar la suciedad. Dentro de un mes sabré el resultado de la gestión. ¿No nos quejamos un poco de vicio? En tu anterior post hablabas de ver las cosas desde la barrera...pero las cosas se hacen haciendo, promover el cambio es un deseo, pero ponerlo en práctica es algo distinto, os invito a que denuncéis lo que no os gusta ante quien tengáis que denunciarlo. De poco me habría servido escribir en mi blog que el jardín de delante de mi casa estaba hecho un asco...;)
Me parece muy interesante tu propuesta, sabemos que nuestro cerebro emocional decide 800 milisegundos antes de que el cerebro racional tenga la información, "la emoción decide y la razón justifica" así que nos pasamos la vida criticando aquello que no nos conviene y cerrando los ojos a lo que hacen mal aquellos que nos caen bien. Ya es hora de que desarrollemos la seguridad suficiente para luchar (calmadamente y sin violencia de ningún tipo, ni activa ni pasiva) por lo que queremos respetando que quizá no siempre sea yo el que tenga razón. Yo digo si ha que haya mas casillas donde elegir en mi declaración de la renta y digo si a la propuesta de lordcirus a pasar a la acción en las grandes o pequeñas cosas que si están en nuestra mano. Yo, en mi vida, me comprometo con ello.
ResponderEliminarCuántas veces lo has comentado en Twitter, César. Me acuerdo también del hashtag #decidosubvenciones, al que tanta gente aportó ideas y quejas. Es un tema que indigna en general y afecta a todos. Deberíamos tener más poder de decisión, al menos, de opinión, con respecto a en qué emplear lo que todos aportamos. De todas formas, por encima de este Gobierno o de los venideros, la última palabra la tienen, parece ser, Francia y Alemania, mucho más ésta última. Da igual lo que aquí se decida. Cómo me decepciona que al final sólo el poderoso marque la pauta a seguir, y los demás, eso, a seguir... pagando. Un abrazo, César
ResponderEliminarSería una buena inicitiava, pero hay que andar con pies de plomo me explico.
ResponderEliminarYo por ejemplo que no veo ninguna y soy cristiano me indigna mucho estar manteniendo a gente que no hace por buscar empleo, la sanidad para extranjeros, subvenciones a cine, sindicatos, energías renovables, Greenpeace & Cía... y un largo etcétera, y que luego esa misma gente critique que con las arcas públicas se pague la visita del papa, esque me infarta. Yo (por imposición y desgracia) SIEMPRE doy más que recibo, año a año, y veo gente que vive mejor que es justo al contrario (viajes becados, ...). ¿No es racional mi postura de defender de que por primera vez se emplee el dinero en lo que YO quería?. ¿O es que yo tengo que pagar 2 veces, una lo que quieren los demás y otra lo que quiero yo?
Pues como voy muy quemado si pudiera elegir en que se destina mi dinero, aquí hay menos ayudas sociales que en yankeeland (por lo menos con el mío). Grácias
Ah y como puedan elegir sobre la navegación aérea, vamos con lo que os ama el populacho (sin ofender) os ponen a pan y agua a los controladores. PD: soy el de antes, un saludo y "grácias" no lleva tilde T_T
ResponderEliminarSí, debería haber más casillas en la declaración de la renta. Que los partidos y sindicatos los financien sus afiliados, que el cine, los grupos musicales y el fútbol los financien sus espectadores...
ResponderEliminarSería estupendo que muchos acuerdos internacionales o iniciativas legislativas las aprobaran los ciudadanos ahora que a través de la red es cada vez más fácil; pero ¿nos dejarán? Podemos empezar quitando a los que ahora no nos hacen caso, está en tu voto.
Saludos
Como siempre, nos toman el pelo.
ResponderEliminarNos dicen que el sector público no puede gastar absolutamente nada. ¿Y en esto sí? ¿Qué clase de neo-liberalismo es este para el cual algunas inversiones públicas resulta que sí son rentables? El Estado invierte en esta visita y a cambio nuestra economía mejora. Propongo que el Estado organice conciertos. Que monte conferencias con los mejores líderes mundiales. Que traiga al Dalai Lama. Que construya grandes hospitales y centros de investigación. Seguro que atraen gente.
Curioso. De nuevo la contradicción. No cabe duda de que nos toman por tontos.Y algunos ya estamos muy cansados.
Centrando mi comentario en el escandaloso capítulo de los aeropuertos, creo que lo mínimo que procede hacer es dirimir responsabilidades.
ResponderEliminar¿Qué estudios de mercado se han realizado sobre estos aeropuertos milmillonarios que han resultado carecer de demanda? ¿Se ha separado el criterio político del estudio técnico de mercado o de viabilidad económica? ¿Por qué algunos de estos aeropuertos -corrígeme si me equivoco- no han llegado a obtener las licencias de la DGAC para poder operar como tales?
Alguien debería responder a estas preguntas. Alguien debería explicar por qué se ha permitido despilfarrar el dinero de esta forma y, sobre todo, por qué no hay ningún responsable.
Algunos me dirán que en la construcción de una infraestructura pública no se consideran únicamente factores de rentabilidad financiera, sino que priman otros como el servicio público.
Ya. Lo que queda claro es que en los casos de estos nuevos aeropuertos fantasma, ni rentabilidad financiera ni de servicio al ciudadano.