¿Cómo nos relacionábamos hace 20 años? ¿os acordáis? Sin móviles, sin internet, sin inmediatez, sin anonimato.
Hoy, tú, yo y millones de personas más pasaremos horas relacionándonos por intermediación de los teclados. Está arrolladora tendencia, que cual tsunami social, llegó y arrasó nuestra manera de socializar ha alterado conductas y expectativas pero en mi opinión muestra una ligera cojera sin visos de mejoría.
Es evidente que la motivación principal para dejarnos los dedos golpeando plástico made in Taiwan es la procura de información, de nuevos contenidos y la oportunidad de hacer oír nuestra voz. Hace años sufrías obsolescencia social sin video en casa, después sin móvil,mientras que hoy en día eres náufrago 2.0 si no participas en las redes sociales y te abres un blog.
¿Hemos descubierto todos de repente una frustrada vocación periodística? No lo creo, hay una marea de fondo de inconformismo con las dinámicas sociales y una búsqueda de refugio en lo virtual. ¿Qué lleva a miles de personas a tratar de encontrar pareja a través de los chats? Hace unos años leí que el primer sitio donde la gente se emparejaba era en el lugar de trabajo y el segundo en los gimnasios, clubes sociales del siglo XXI; ¿serán las redes las que encabecen dichas estadísticas en breve?
El mundo 1.0 es más lento y requiere más esfuerzo para ser paladeado pero su digestión final, aunque incómoda en ocasiones se siente como auténtica. Por el contrario, la versión 2.0 del modelo social es como un gran hipermercado, que abre 24 horas, con ofertas y promociones y aunque genera satisfacción en un primer momento puede fácilmente derivar en empacho virtual.
¿Es la adicción a internet la droga blanda del siglo XXI? La competencia está muy reñida y no es fácil llevarse ese dudoso honor, el tiempo nos lo revelará. Intuyo que muchos de nosotros lo descubriremos en primera persona, somos la primera generación cobaya del mundo virtual.
Mencioné antes que la bici 2.0 cojea ya que le falta rebotar de vuelta al mundo real. Ya hemos dado el primer paso, entrar en el ordenador para vivir otras experiencias, acercarnos a realidades y personas ajenas por completo sin recurrir a esta vía. No obstante, no acaba de producirse un nuevo salto al mundo tangible. Sé que la gente de los chats acaba rompiendo el hielo digital y se ve físicamente, se gustan, se disgustan, se finiquitan virtualmente, también sé que hay quedadas de tuiteros y encuentros variopintos pero tengo la sensación de que la gran mayoría se ha quedado atrapada en el ordenador.
La fuerza de las redes reside en los internautas, y dicha energía es mucho mayor trasplanta de nuevo a lo real, a lo visible. Faltaría paliar la cojera ya mencionada, los últimos movimientos, tipo el 15M, son indicios de maneras para enderezar esas carencias. Lo virtual tiene que hacerse callejero, en el buen sentido de la palabra, y esos avatares atrapados en el ordenador cual niña de Poltergeist tal vez solo necesiten unos médiums catalizadores.
Hoy, tú, yo y millones de personas más pasaremos horas relacionándonos por intermediación de los teclados. Está arrolladora tendencia, que cual tsunami social, llegó y arrasó nuestra manera de socializar ha alterado conductas y expectativas pero en mi opinión muestra una ligera cojera sin visos de mejoría.
Es evidente que la motivación principal para dejarnos los dedos golpeando plástico made in Taiwan es la procura de información, de nuevos contenidos y la oportunidad de hacer oír nuestra voz. Hace años sufrías obsolescencia social sin video en casa, después sin móvil,mientras que hoy en día eres náufrago 2.0 si no participas en las redes sociales y te abres un blog.
¿Hemos descubierto todos de repente una frustrada vocación periodística? No lo creo, hay una marea de fondo de inconformismo con las dinámicas sociales y una búsqueda de refugio en lo virtual. ¿Qué lleva a miles de personas a tratar de encontrar pareja a través de los chats? Hace unos años leí que el primer sitio donde la gente se emparejaba era en el lugar de trabajo y el segundo en los gimnasios, clubes sociales del siglo XXI; ¿serán las redes las que encabecen dichas estadísticas en breve?
El mundo 1.0 es más lento y requiere más esfuerzo para ser paladeado pero su digestión final, aunque incómoda en ocasiones se siente como auténtica. Por el contrario, la versión 2.0 del modelo social es como un gran hipermercado, que abre 24 horas, con ofertas y promociones y aunque genera satisfacción en un primer momento puede fácilmente derivar en empacho virtual.
¿Es la adicción a internet la droga blanda del siglo XXI? La competencia está muy reñida y no es fácil llevarse ese dudoso honor, el tiempo nos lo revelará. Intuyo que muchos de nosotros lo descubriremos en primera persona, somos la primera generación cobaya del mundo virtual.
Mencioné antes que la bici 2.0 cojea ya que le falta rebotar de vuelta al mundo real. Ya hemos dado el primer paso, entrar en el ordenador para vivir otras experiencias, acercarnos a realidades y personas ajenas por completo sin recurrir a esta vía. No obstante, no acaba de producirse un nuevo salto al mundo tangible. Sé que la gente de los chats acaba rompiendo el hielo digital y se ve físicamente, se gustan, se disgustan, se finiquitan virtualmente, también sé que hay quedadas de tuiteros y encuentros variopintos pero tengo la sensación de que la gran mayoría se ha quedado atrapada en el ordenador.
La fuerza de las redes reside en los internautas, y dicha energía es mucho mayor trasplanta de nuevo a lo real, a lo visible. Faltaría paliar la cojera ya mencionada, los últimos movimientos, tipo el 15M, son indicios de maneras para enderezar esas carencias. Lo virtual tiene que hacerse callejero, en el buen sentido de la palabra, y esos avatares atrapados en el ordenador cual niña de Poltergeist tal vez solo necesiten unos médiums catalizadores.
Ya sabes más que bien lo que da de sí el mundo virtual. En el fondo acaba siendo como la vida misma. Yo ya soy veterana (unos 7 años) en redes sociales. He tenido alegrías y muchos sinsabores. El último, en especial, ha marcado tristemente el resto de mi vida y ya no tengo fé en esto. Tú has aguantado y estás aguantando mucho. Eres más que fuerte y sabes lidiar con todo. Enhorabuena. Espero que lo bueno del mundo 2.0 compense lo malo, que es inevitable,como en la vida misma, como dije. Ojalá allí fuera tan fácil hacer 'tweet off'. Un abrazo
ResponderEliminarMe alegro de que te hayas animado a escribir, es un buen modo para desarrollar tu vena periodística, y superarte a tí mismo
ResponderEliminarPara no perder la costumbre, comentario al canto.
ResponderEliminarLas redes sociales no hacen más que ampliar las posibilidades del 'mercado' para encontrar personas afines, amigos, pareja... En tu círculo cotidiano puedes conocer a mucha gente pero hasta que puedas tener una noción de cómo es o cómo piensa alguien puede pasar mucho tiempo. Aquí es más fácil llegar a ese punto, y hay mucho más donde elegir y por tanto más probabilidades de acertar en las relaciones creadas. En mi caso tengo grandes amigos que conocí en la 'red' y con el paso del tiempo no doy importancia a si los conocí en la facultad, en internet o en la cola de la panadería!
Impresionante la siguiente frase ajaja: "esos avatares atrapados en el ordenador cual niña de Poltergeist tal vez solo necesiten unos médiums catalizadores."
100% de acuerdo:"la bici 2.0 cojea ya que le falta rebotar de vuelta al mundo real".Conocerse bien y reflexionar frecuentemente te ayuda a saber qué quieres y qué no, en el mundo 1.0, 2.0 y siguientes...
ResponderEliminarHola César! Me gusta tu reflexión, ya hace tiempo que pienso en lo mismo, en estos años de relaciones 2.0 a nivel amistad y profesional.
ResponderEliminarTe planteo una cuestión sobre la que estoy relacionada también en el ámbito de la inversion en proyectos TIC: qué te parecen las redes sociales sectoriales ???las especificas de sectores ??? derivaremos a ellas ??