Recibía anoche el Globo de Oro a la mejor comedia de televisión la serie "Modern Family", humor inteligente sobre la vida cotidiana de varias familias estadounidenses.
En la serie, de los tres núcleos familiares que la protagonizan, uno está formado por un divorciado casado con otra divorciada, inmigrante hispana, y otro lo componen una pareja de gays, padres adoptivos de una niña asiática.
Hace tres décadas un planteamiento semejante hubiera sido impensable impensable, y menos aún con el éxito arrollador de audiencia y crítica que la serie ha logrado allí donde ha sido emitida.
La televisión, a través de las series, ha ido conformando el sentir de la sociedad, reflejando sus avances, rompiendo barreras y tabúes en diferentes frentes.
Desde la mítica "Raíces", que ponía de relieve con crudeza los horrores de la esclavitud en EEUU, pasando por la comercial "Dinastía", que se atrevió a sacar a un personaje del armario, pasando por tantas y tantas creaciones hasta llegar a esta "Moderna Familia" que hoy en día emiten televisiones de todo el planeta.
No es previsible que las cadenas de televisión saudíes vayan a emitir esta o la mayoría de producciones occidentales en un futuro próximo. No obstante, poco a poco, la globalización televisiva ayuda a propagar una visión del mundo menos estereotipada, llena de los matices que cada sociedad aporta, obligándonos a encarar de frente temas más o menos incómodos, descubriendo en el camino que es más lo que nos une que lo que nos separa.
A pesar de las preponderancia de las series estadounidenses en las programaciones de medio mundo, esto no es de por sí negativo. La variedad de registros y temas es apabullante, y el nivel de sus guionistas, actores y cuadros técnicos sencillamente espectacular.
Se ha creado también la figura del espectador global, expuesto en diferentes culturas, casi en sincronía, a las mismas obras audiovisuales. Downton Abbey es un buen ejemplo de estos fenómenos televisivos sin fronteras.
De manera casi imperceptible, empapando al espectador, las producciones audiovisuales, proselitistas o no, dramáticas o cómicas, sirven de punta de lanza hacia un mundo global donde las audiencias acaban compartiendo valores sin comerlo ni beberlo, tan sólo por el mero hecho de apretar un botón.
¿Quién dijo que la tele era mala o nociva? Es una puerta más al mundo, el caso es saber bien en que tugurios no quiere uno andar poniendo los ojos una vez que la abrimos.
Somos ya una especie de Moderna Familia Global de espectadores, ávidos de historias que compartir, comentar y sobre todo, disfrutar.
César, gran entrada. No obstante, creo que falta algún piropo hacia Sofía Vergara. Sabemos que te gusta ;)
ResponderEliminarI love this show! So glad you do too. Is it doblada in Espana or can you see la version original (which would be much better so you don't lose any humor)? Besos
ResponderEliminarHola, Kay! La veo en versión original pues la descargo de internet, sigo sin televisor en casa así que no la veo en las cadenas españolas. Aquí tiene bastante éxito con total merecimiento, very witty and very funny.
ResponderEliminarBesos
Anónimo, Sofía Vergara es una maravilla y borda el personaje. Veremos si logra salir de ahí o queda encasillada como Gloria de por vida!
ResponderEliminarabsolutamente divertidisima! y donde no la emitan...púes peor para ellos,yo soy un serieadicto,principalmente de las series americanas,veo todas las que mi salud mental e internet me dejan..jeje.
ResponderEliminarDonde esté Anatomía de Grey...ahí también está el "melting pot" y es una maravilla, estoy muy enganchada. Creo que la mesa de operaciones es un escenario fantástico para ver cómo los médicos de diferentes orígenes (afro-americanos, asiático-americanos, irlando-americanos, latinos, etc) se ponen de acuerdo para salvar vidas. Y por supuesto, la trama amorosa no tiene desperdicio. Esos encuentros y desencuentros entre Meredith y Derek en el ascensor tan memorables. Y la historia de Denny e Izzie.
ResponderEliminarMe encantan las series de médicos, de pequeña veía ER (Emergencias) y ahora Anatomía. En cambio, no me gustó House. Para mí, Hugh Laurie no tiene el encanto personal que tiene Patrick Dempsey, que mejorando lo presente, a César, es tan...tan maravilloso :-) :-)
Ya que se ha hecho referencia a la participación hispana, a mí me gusta mucho el papel de Callie Torres, la médica hispana interpretado por Sara Ramírez. Se la ve muy dulce aunque supongo que para muchos no contará con la belleza de Sofía Vergara. Como dicen, todo depende de los ojos de la persona que contempla.
Felicidades por la entrada César. Saludos.
Veía Modern Family; pero dejé de verla por el personaje que encarna Sofía Vergara, penoso a mi juicio.
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